domingo, 11 de enero de 2015

Ven / Sin adjetivos / El amor y reír




Ven,

posa el fractal de tus pupilas en las mías,

deja el reflejo de tu risa en mis silencios.


Enciérrame en la dulce quietud de tus palabras,

envuélveme en la locura de tus huesos.


Salgamos a bebernos la ciudad vestidos de delirios

y quitémonos la niebla que nos cubre los deseos.


Vistámonos de lienzos y agua tibia,

permite que tu cuello y yo nos conozcamos

y escarba con tus labios en mi cuerpo.


Camina sobre estas letras que de ti me nacen,

y escúchame cuando no me queden versos.


Y abrázame, 


abrázame aunque me quede sin aliento.




------------------------------------------------------------------------------




De pronto eres tú,

sin esas distancias cobardes,

tú sin pretextos ni adornos,

tú sin pasado, sin planes y sin tardes.


De pronto pienso en ti,

y eres tú, sin entorno.


No es un recuerdo tuyo,

ni una imagen,

no es el sonido de tu voz,

ni mi nombre en tu voz,

ni una posible escena futura.


Finalmente eres tú,

sin maquillajes.


Pero eres fugaz 

y te disuelves en este hilo de palabras

que no pueden retenerte,

eres luz que toca y viaja,

eco de pasos que se pierden.


Pero de pronto has sido tú,

sin consecuencias,

sin historias ni diciembres.


Finalmente, 

por un momento fuiste sólo tú,

sin tiempo,

sin adjetivos.


Sólo tú,

por un momento que se va,

sólo tú,

sin adjetivos.



------------------------------------------------------------------------------




Hacerte el amor y hacerte reír,

no quiero hacerte nada más.


El amor y reír,

es todo.


No quiero construir nada,

no quiero el día a día,

ni calma ni sueños,

ni otoños con melancolía.


Sólo quiero hacerte el amor y hacerte reír.


Si me dejas hacer eso,

no valdrá la pena,

pero te juro que valdrá la risa.


Hacerte el amor mientras sonríes,

hacerte reír mientras te vistes.


No quiero hacerte soñar ni hacer recuentos,

ni mi cómplice ni mi excusa,

ni hacerte cambiar ni hacerte partícipe.


Quiero hacerte el amor y hacerte reír.

Sólo eso.

Sólo el amor y reír.


























domingo, 4 de enero de 2015

Los muertos se olvidan en enero





Éstos parecen ser días ideales para empezar a olvidar,
porque lo nuestro es olvidar.

Enero   
 –patético simulacro-

viene siempre dispuesto a borrarnos la memoria
de otro año infausto,
animándonos a enterrar vilezas,
y gritos y balas,
y teatros y mentiras.


Y lo vamos a olvidar,
porque lo nuestro es olvidar.


Todo lo que tanto nos dolió,
toda nuestra rabia virtual,
nuestro apoyo en 140 caracteres,
nuestras firmas electrónicas,
todo aquello que juramos no olvidar,
empieza a olvidársenos.


Todo.


Boko Haram, Río, Peshawar,
Gaza, Siria, Caracas,
San Pedro Sula, Crimea, Tlatlaya,
Ayotzinapa…

lo vamos a olvidar.


Eso somos,
somos olvido,
somos olvidables.


Mientras no sea nuestra sangre,
lo vamos a olvidar,
porque lo nuestro es olvidar.


Diremos que no,
que no olvidamos,
pero estos días nos diluyen el dolor
y la memoria,
y tenemos propósitos y nuevos comienzos,
proyectos y ganas, borrón y cuenta nueva,
voluntad, actitud, optimismo.


Y de aquí a un tiempo recordaremos vagamente,
a ratitos,
a los 43 que juramos no olvidar.


Fuimos Ayotzinapa un día,
un año,
como fuimos ABC,
como fuimos Acteal,
como fuimos Aguas Blancas,
como fuimos Tlatelolco,
y seremos algo más cualquier día de éstos,
y eso que seamos,
también lo vamos a olvidar,
porque lo nuestro,
especialmente en estos días,

lo nuestro es olvidar.