Pienso que quizá estarás por ahí,
en cualquier tarde
brutalmente urbana,
en cualquier noche maravillosamente ciega.
Ahí,
en el módulo de información,
en la fila de Hacienda,
en
el concierto sabatino.
Pienso y sonrío porque creo que estarás por ahí,
con un café y un libro en las manos,
o no
con un café,
y no
con un libro en las manos…
Quizá con frío,
quizá con alguien,
quizá
con tedio,
como el mío.
Y no importa si al día de hoy no has estado;
estarás por
ahí.
¿No me dicen acaso frases como “Ya la
encontrarás”?
Y
ellos, que saben tanto de estas
cosas,
se
oyen tan seguros,
que les creo.
A veces de verdad les creo.
Por ahí, me repito…
En otra ciudad,
en un teatro al que aún no acudo,
en un mar distante y que, sin embargo,
poco a poco te irá,
y me irá acercando…
O estarás, quizá,
en el automóvil que chocará frente a mí,
en la boda de algún amigo,
en el
viaje que aún no planeo.
¿A qué latitud querrás irte el siguiente verano?
¿Qué autobús te demorará?
¿Dónde
caerá la lluvia que me hará desviarme
y otra vez no encontrarte?
¿Dónde?
Y llegarás,
tal vez,
sutil, o violenta,
con voz de nieve,
con pacientes manos
y trémulos besos…
Quizá estarás
por ahí, me repito,
pero no sé si podré verte.
…
Pienso
que quizá estás por ahí,
a sólo siete
ciudades,
a veinticinco mercados,
a
setecientas cuarenta y dos casas.
A dos semáforos de mis tardes,
evitando la sección de fumar en la que yo desayuno
los jueves,
o cruzando por la calle que yo evito porque hay
demasiada gente.
Quizá estás por ahí,
cuatro personas delante en la fila,
en la butaca de un cine donde yo no alcancé
boleto,
o en la siguiente función de la misma película,
o en la sala de al lado.
En la clase del posgrado al que a última hora no
me inscribí,
quejándote por teléfono con la señorita de
servicio al cliente
con la que yo me quejé hace unos días.
¿Cómo se escribe tu nombre?
¿En qué idioma he de buscarte?
¿Por qué coincido siempre con tu ausencia?
Quizá estás
por ahí,
yéndote a la cama
mientras yo me detengo en un cruce,
metiéndote a la ducha mientras yo me preparo el
primer café del día,
volviendo a casa mientras yo escribo estarás por ahí.
A nueve autobuses,
a
seis edificios,
a cuatro parques,
a medio museo de mí…
¿Estás buscándome también?
¿En
qué tranvía dormitas cuando vuelves a casa?
¿Miras con curiosidad el interior de los cafés,
como yo?
Quizá estás
por ahí,
pero no puedo verte.
…
Pienso que quizá estuviste por ahí,
a sólo dos casas
de mi infancia,
a siete pupitres de mi adolescencia.
Sentada durante meses en la misma iglesia
(y a la que quizá jamás has regresado, igual que yo),
en la escuela en la que no me aceptaron,
en la misma visita guiada al museo de ciencias,
ayudándole a tu madre en la tienda a la que nunca quise ir
porque estaba dos cuadras más lejos,
o porque
había un perro que me daba miedo.
Por ahí,
en las mismas protestas estudiantiles,
quizá pintando la pancarta que yo sostuve,
quizá, incluso, codo a codo conmigo,
gritando furiosa las mismas consignas.
Sí.
Quizá
estuviste ahí.
En la misma huelga,
o en la misma escuela privada donde nos escondimos los que tuvimos miedo.
Dejando tu primera solicitud de empleo en la
misma tienda que yo,
dos días
después.
En el mismo campus, distinta carrera,
en la misma
carrera, distinta generación,
en la misma generación, distinto horario.
O, por qué no,
en la misma carrera,
misma
generación,
mismo
horario,
distinto huso horario.
¿Habrás estado por ahí?
¿Me habrás buscado
también?
Quizá me miraste, en alguna calle,
pasando de largo,
quizá te miré alguna vez,
un día,
muchos días te
miré,
quizás.
Y tal vez,
mientras
tú pasas,
yo me
pregunto si no estuviste por ahí,
en ese
departamento de enfrente con horribles cortinas verdes,
pero
donde siempre se escuchaba a Ismael Serrano.
En el autobús que nunca tomaba por ahorrarme 5
pesos,
en el vagón para mujeres de aquella estación
donde nunca me bajé.
¿Dónde estabas cuando comencé a buscarte?
¿En qué lugar no te encontré?
Pienso que quizá estuviste por ahí,
un
día,
todos
mis días,
todos…
Quizá
has estado siempre por ahí,
mujer-Legión
¿Estabas ahí?
¿Estás
acaso aquí…?
¿Te me has ido sin haber llegado nunca?
Encuéntrame de una vez,
porque yo no puedo
...
...
...
qué chingón!!!!!!!!!!!!!!!!1 eres grande ALEX!
ResponderEliminarPerfecto!!!!!!! te amo y te extraño tanto.
ResponderEliminarMona
a veces yo pienso lo mismo, pero me da miedo aferrarme a una búsqueda que quizá no se complete
ResponderEliminarCarmen Merino