jueves, 18 de diciembre de 2014

3 poemas cíclicos




No sé dónde estén
ni dónde han dormido estos días
no sé si han comido
si las noches son más frías
o si en verdad ayudan
las frases que desde acá enviamos

no conozco sus lágrimas
y mentiría si dijera que las imagino
que sé lo que se siente

una vez más
no

no sé cómo ha de sentirse
ser un muerto ajeno
y ver incendiarse el mundo
y llorar de lejos

no está en mis manos su vida
ni callar los ruidos
ni hallar a sus hijos
ni devolverles la risa

no sirve la tristeza inerte
ni mis porqués vacíos
ni mis gritos o mis silencios

no sé de qué estarán hablando
perdí la cuenta de los caídos
de los levantados
de los perdidos

no sé dónde estén
si les queda un minuto para volver a soñar
y una palabra que los haga volver a creer

díganme qué se hace para seguir creyendo 
para seguir luchando
para seguir de pie




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La muerte debería ser voluntaria
cada quien debería elegir
el lugar y el momento preciso
para abandonar este mundo

a los gobiernos les ahorraría indemnizaciones
a los familiares, llantos
a los muertos, tiempo

los índices de tristeza bajarían notablemente
aunque los peritos
médicos forenses
y algunos abogados
tendrían que buscarse otro empleo

En una semana me muero
podríamos decir
y habría tiempo para renunciar al trabajo
despedirte de los amigos
hacer testamento

y ellos
los amigos
tendrían tiempo de convencernos de no morir
de decirnos lo que siempre han querido
de regresarnos nuestras cosas
para no sufrir

Espera un mes más, papá
dirían algunos hijos

ya casi me titulo

ya voy a casarme

ya quiero morirme yo también





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Ahí vienen otra vez las balas
                                                
                                                           -otra vez, aunque nunca se fueron-

irrumpiendo sin tocar la puerta
asomándose por la ventana
besando a quien a su paso encuentran

ahí vienen de nuevo sin anunciarse
sin pedir perdón
mucho menos permiso

vienen a estrecharnos la mano
a dar palmaditas de consuelo
a ver cómo estábamos
si es que todavía estamos

vienen altivas
izando la bandera del honor
y la desdicha

ahí vienen otra vez las balas
dispuestas a hacer el amor
con una frente desconocida













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