miércoles, 13 de julio de 2016

Segunda parte: Cracovia para cachondos






Por un momento pensé que no había entendido bien la pregunta de esa mujer que tenía frente a mí por primera vez. Me quedé mirándola un par de segundos, eligiendo cuidadosamente lo que iba a decir a continuación.

-¿Qué tanto te gusta el sexo y el porno? –había preguntado Izabela. Y me miraba.

-El sexo y el porno… -repetí tratando de ganar tiempo-. Pues… lo normal.

-O sea, mucho –agregó Izabela, guiñándome un ojo.

-Más que a ti, eso seguro –respondí pícaro también, tratando de seguirle el juego.

-No. Te puedo asegurar que no te gusta más que a mí –dijo mientras sacaba una tarjeta y la ponía sobre la mesa. Sex shop. Juguetes y entretenimiento erótico, decía.

Su tienda se llamaba El gato nocturno, y estaba en la calle Dietla, que divide el centro histórico del barrio judío. Me contó que había mandado al diablo su trabajo en una multinacional, que había comprado la tienda hacía un par de meses, y que al enterarse de los speed dating, pensó que sería un buen lugar para promocionarse. Yo le conté que mi novia era la organizadora del evento, y que quizá podrían trabajar juntas, haciéndose publicidad mutuamente. Al igual que yo, Izabela no estaba ahí para participar realmente en el speed dating; yo estaba ahí de relleno y ella para buscar clientes.

Al terminar el evento, Izabela y Aneta hablaron sobre sus respectivos negocios, y decidieron que en realidad podría ser una buena idea colaborar juntas; Izabela asistiría a los speed dating para promocionar su tienda, y a su vez anunciaría los próximos eventos de Aneta en El gato nocturno. El hecho de que la mayoría de clientes de Izabela fueran hombres podría ayudar a que por fin hubiera el mismo número de participantes de ambos géneros en los eventos de Aneta.

Así fue como mi papel de carne de cañón en los eventos de mi novia terminó. Izabela se encargó de que nunca más faltaran hombres, así que yo sólo llegaba al final de los eventos, o nos reuníamos los tres para tomar algo en algún bar. Hicimos muy buena amistad con Izabela, quien nos mostró toda una nueva gama de bares donde se vende excelente vodka casero, barato y de sabores que yo nunca había probado; lugares sórdidos y ocultos –aún en el centro de la ciudad- a los que no se llega si no es por recomendación de alguien. Izabela conocía todo el submundo cracoviano, el lado B de esta católica ciudad, la encantadora y sexual decadencia del hogar del inmaculado papa Juan Pablo II.

Y ahí había un inmenso público cautivo al que Aneta nunca había accedido

Como a menudo ocurre cuando nos reunimos algunos amigos que además somos profesores de español, Izabela y Aneta siempre terminaban hablando apasionadamente del trabajo. Yo practicaba mi polaco, descubría nuevos vodkas y bares y aprendía vocabulario útil. Ellas se enfrascaban en conversaciones sobre cómo potenciar El gato nocturno y los speed dating  (Aneta decidiría poco después registrar la empresa con el nombre de Krak-Love). Dos mujeres emprendedoras dedicadas al negocio del amor y el sexo en Cracovia.

Ambas empresas, aunque pequeñas, se fueron para arriba. Empezaron a organizar más eventos temáticos, además de los que Aneta ya organizaba: speed dating para ateos, para infieles, para adictos al sexo, para estudiantes de Erasmus, para toda clase de cachondos. Había descuentos en El gato nocturno para quienes se hubieran conocido en un speed dating de Krak-Love, o descuentos en Krak-Love para quienes compraran ciertos productos en la tienda de Izabela, o para los clientes frecuentes; había premios para el chico y la chica con más matches, etc.

Un día Izabela llegó muy contenta y nos contó que le había llegado toda una nueva línea de productos eróticos y juguetes sexuales de una conocida marca alemana. A decir verdad, cuando vi el catálogo me parecieron sacados de una película de ciencia ficción, pero me sentí mejor al ver que Aneta tampoco entendía a la primera cómo funcionaban ciertos juguetitos. Es asombroso lo que ha avanzado la tecnología sexual.

-Aún no se conocen mucho en Polonia -nos dijo Izabela-, pero seguro que podemos organizar algún evento para promocionarlos. Esto es el futuro del erotismo. De hecho, es la marca que usa y promociona Amarna Miller.

-¿Quién es Amarna Miller? –le pregunté, aunque sospechaba ligeramente la respuesta.

-La mejor actriz española del momento –respondió Izabela.

-Actriz…

-Obvio, actriz porno. ¿No la conocen? La ganadora del premio Ninfa 2015, y nominada a los AVN. Todo un amor, la Miller. Y una bestia también… ¿No? ¿Porno y cultura? ¿Porno ético? ¿No, no les suena nada? Bueno, Álex, tu que vas a España estas vacaciones, tienes que ir al Prado, a veces ella da visitas guiadas, bueno, son visitas con un toque erótico. Si ahora que vas está por ahí, haz la visita y me cuentas, que yo fui dos veces el año pasado y ella estaba rodando en Estados Unidos. Ah, por cierto –agregó sacando un paquete de su bolso-, tienen que probar estos aceititos.


Ese domingo escuché por primera vez el nombre de Amarna Miller.


Un mes después –aunque yo ni lo esperaba ni lo imaginaba- la conocería en Madrid.



Y le pagaría 50 euros.




                                                                                                                            (continuará...)











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